Los amplificadores son dispositivos electrónicos que sirven para amplificar de manera generalizada los sonidos. Aumenta los sonidos sin tener en cuenta la necesidad auditiva específica de cada persona. Contrariamente a lo que podría pensarse, podrían usarlo personas sin pérdida auditiva pero que quieren escuchar un sonido lejano. Sin embrago, al no tener en cuenta las frecuencias afectadas en personas con pérdida auditiva, su uso se desaconseja por completo para estos casos, ya que podría aumentar la pérdida de audición.
Los amplificadores pueden llegar a tener un aspecto similar al de los audífonos. Su coste es muy inferior y pueden adquirirse en supermercados o a través de Internet ya que se trata de productos estándar que no precisan de regulación sanitaria alguna.
¿Qué diferencia hay entra audífonos y amplificadores?
Los audífonos son dispositivos electrónicos complejos. Su tecnología ya dispone de inteligencia artificial y son capaces de adaptar los sonidos que nos rodean a la pérdida auditiva de la persona. Se regulan a través de un sofisticado software de programación manejado por un técnico especializado en audiología protésica.
Se trata de dispositivos personalizados físicamente al conducto de la persona y ajustados según su pérdida auditiva. Disponen de multitud de prestaciones que garantizan la comprensión del lenguaje y la reducción de los ruidos ambientales, entre ellas: micrófonos direccionales, cambios de programas según el ambiente sonoro en el que se sitúe el paciente, aplicación para el móvil, bluetooth, reductores de ruido del viento, de sonidos suaves e intensos, posibilidad de ajustes en remoto o realización de audiometrías a distancia.
Los audífonos se ajustan teniendo en cuenta la realización de las pruebas audiométricas, que previamente se han realizado en el centro auditivo, y en base a ellas se adaptan y ajustan los audífonos indicados para cada paciente. Su coste es más elevado que el de los amplificadores ya que incluyen la realización de las pruebas, la adaptación personalizada, los ajustes, revisiones y mantenimiento en el centro auditivo. Todo ello con el objetivo de garantizar al paciente una escucha confortable y natural.
Aquellas personas que por economía o desconfianza usan amplificadores, transcurrido un tiempo observan un empeoramiento en su audición y en la calidad de comprensión que los conduce a usar audífonos.